SOY UN PATO.

miércoles, 23 de julio de 2008

Soy un pato.
Lo soy y no precisamente por tener un plumaje denso, patas cortas y pico ancho, no. Soy un pato en otra acepción, en la de sosa, en la de movimientos torpes, sin embargo, quiero contar un misterio de esos infinitos, de esos gigantescos misterios de la vida.
Obviamente, yo he crecido con la certeza de ser un pato y francamente lo he llevado con bastante dignidad y sin darle demasiada importancia; que se me caía el borrador al intentar borrar la pizarra, pues nada, reconocía que era un pato y punto; que me tropezaba con nada bajando las escaleras y me sujetaba a la falda de alguna alumna, pues nada, reconocía que era un pato y punto; que me invitaba a bailar algún chico guapo...pues entonces no reconocía nada, pero ponía alguna excusa ingeniosa... en fin, que lo de ser un pato no había supuesto para mí ningún problema.
Sin embargo, durante mi embarazo, alguna vez pensaba... "pobre hijo mio, tendrá una madre pato" y me ponía nerviosa imaginándome en ciertas situaciones: ¿sabré cambiarle el pañal?, ¿sabré cogerlo en brazos? ¿sabré darle un baño? ¿jugar con él?...

No sólo no soy un pato cuando estoy con mi hijo, sino que por un misterio indescifrable, todos mis movimientos son certeros, seguros, hábiles, incluso creo que se calma en mis brazos como si se sintiera seguro.
Lo realmente asombroso viene ahora, mi hijo me hace bailar como nadie y juro que cuando bailo con él, me siento armoniosa, musical, rítmica, esta mañana hemos bailado cha cha cha d´ amour...
no puedo contenerme...hijo de mi vida, ¡¡¡cuánto te quiero!!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué bonito, Marigé! A ver si a mí se me da todo igual de bien, que yo también me considero pato...
Muchos besos

Ana

Marigé dijo...

No es que yo crea en el instinto maternal, ese que dicen nace de lo más hondo de las entrañas, pero lo que sí creo es que es algo muy muy especial lo que siente una madre por sus hijos, algo que yo no sé describir y que, supongo, nos hace poner los cinco sentidos (o los que sean)en el cuidado de nuestros retoños.:)
Un beso, Ana...ya verás ¡qué experiencia!