No deja de sorprenderme como algunos temas de actualidad se ven envueltos por una hipocresía incuestionable.
Leía hace apenas cinco minutos un artículo publicado en el País, en el que se defendía la jornada partida en los centros de educación secundaria, citando a autoridades de renombre y a instituciones como la Universidad de Salamanca que apenas si dejan valor alguno de posible refutación.
Sin embargo, una que es muy burra no acaba de encontrarle ventajas a esto de la jornada ¿partida?
Cuando nos referimos a jornada continua, estamos hablando de alumnos que entran en los centros a las 8:30 de la mañana y terminan su jornada a las 14:30 del mediodía, durante esas horas los alumnos tienen, normalmente un horario de seis sesiones lectivas de 55 min cada una y disponen de dos recreos de 10 y 20 minutos respectivamente. No pongo en duda que la última hora de la mañana se haga más pesada, o que los alumnos se encuentren más cansados, pero nada que no se pueda arreglar con un poco de ingenio.
La situación cambia totalmente cuando nos referimos a jornada partida, ¿partida , para quién?, en este caso los alumnos entran en el centro a las 8:30 y la jornada termina a las 17:30, se llama partida porque desde las 13:00 a las 15:30 disponen de dos horas y media para comer en sus casas, con sus padres, charlando, echarse una siestecita y acudir frescos como lechugas a la clase de las 15:30, donde la profesora se encuentra esperándolos, entusiasmada, para hablarles de Góngora y Quevedo…¡¡y una leche!!, esto no es así, no es así al menos en el 90% de los casos, no soy estadista ni lo necesito para haber observado a estas alturas la realidad, esa que conocen también los centros privados y que aprovechan para hacer el agosto. Los alumnos no pueden ir a sus casas porque allí no se encuentran sus padres, que están trabajando y entre ir a la casa y volver se les pasa más la mitad del tiempo, por lo que se opta por hacer uso del servicio de comedor, y pasar el resto del tiempo vagando por el centro, de la cafetería, a los patios, consumiendo su energía ociosamente…esas dos horas de la tarde se hacen pesadísimas, lo corrobora el hecho de que sea en éstas donde se producen mayores problemas de disciplina, normal…yo a veces he dudado de si ponerme con ellos a jugar al corro de las patatas o explicarles las proposiciones subordinadas sustantivas…
Terminadas esas dos horas, algunos centros, deseosos de ilustrar a sus alumnos a cualquier precio, ofertan actividades extra escolares, apoyos, clases de refuerzo…vendiendo que cuanto más tiempo en el centro más se aprende…
No digo más, pero si hablamos de eliminar el fracaso escolar, de mejorar la calidad en educación, etc… no estamos hablando de qué hacer con los niños, dónde pueden estar cuando sus familias no tienen tiempo de atenderlos, son temas diferentes, creo yo…
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